Finde agridulce

Después de haber conseguido lo que parecía imposible (jugar el sábado) con Montse y Jesús, cuando llegué a casa noté ciertas molestias en el codo que en principio pensé que era una sobrecarga y no le di mayor importancia. Al día siguiente tenía una pista reservada en Guadalix para jugar con Félix,Luis y Nico a las 10:00 pero se anuló por la lluvia. Nico que es otro enfermo del pádel se lo curró para conseguir un partido para el Domingo por la tarde en Republic Space (Boadilla) y me llamó para jugar en dos pistas junto con otros seis padeleros.



A mi me seguía doliendo el codo pero tenía tantas ganas de jugar que me pudo más el corazón que la cabeza. Pues bien quedé con Nico y una vez alli me presentó a los otros seis padeleros Jorge,Javi,Mario,Paco,Isra y Gabriel y echamos partidos a 9 juegos para ir cambiando de rivales a continuación.


Como me iba a perder esta kedada padelera si las palas presentes eran de nivel .Por una parte Javi el chaval de 14 años que metía hostias como panes y su compañero Jorge que tenía un smash látigo de impresión, por otra parte la pareja formada por Mario (que esta en 2ª) con una técnica muy buena y Paco muy seguro en todos sus golpes y por último Isra con una bandeja cortada buenísima y Gabriel que lo devolvia todo.

Nos tiramos jugando durante 3 horas y al terminar tenía el codo bastante molesto lo que me empezó a preocupar. Me estuvo molestando durante toda la noche y el Lunes siguiente fui al médico del trabajo y me diagnosticó lo que ya me imaginaba epicondilitis (codo de tenista para los amigos).


Nunca me había pasado antes y recuerdo una conversación que tuve con mis amigos Roque y Alfredo unos meses atrás en la que surgió el tema y ambos lo habían tenido y yo no. Pues nada ahora ya lo tengo y el problema es que no se hasta cuando, puesto que lo del codo de tenista es como un misterio que no se sabe lo que te va a durar, no existe un tratamiento claro y si se llega a la operación no te garantizan na de na. La verdad es que es frustrante que algo te guste realmente y que de la noche a la mañana no puedas practicarlo y lo que es peor la incertidumbre de cuando estarás recuperado.

Y después de la chapa me despido que tengo que criogenizar mi codo para conservarlo como Walt Disney y a ver si algún día revive.